Me parece impropio de estos tiempos que alguien quiera imponer sus ideas a golpes y mediante el miedo y la intimidación con quien piensa diferente a ellos, es más propio de los hombres de las cavernas que no de personas que viven en el siglo XXI, y más grave aún si hay involucrada una persona que se presentó con un partido político a unas elecciones.

Estaba esperando a escribir este artículo para ver la reacción de la CUP de Berga, y la verdad es que no me sorprende las declaraciones que ha hecho su concejal. Lamentar la agresión pero no condenarla y reconocer que no puede hablar en nombre de su partido porque no han tratado el tema es lo mismo que alentar estas prácticas que recuerdan ciertos regímenes fascistas de hace 60 años. ¿Cómo no se puede haber hablado en un partido sobre el tema cuando uno de los implicados formó parte de su lista electoral, aunque ya no esté en la formación?. Ya que no son capaces de condenar una agresión ya los condeno yo a ellos por no ser capaces de ver que una paliza a un representante político sea del partido que sea representa un atentado a la democracia.

La agresión a mi compañero la siento como si la hubiera sufrido yo, porque aparte de compañero de partido sobre todo es un buen amigo, y desde aquí le mando todo mi apoyo y mis ánimos para que siga defendiendo nuestro partido como hay que hacerlo, con ideas y palabras, no con piedras y palos. Ahora que la CUP aterriza en Barcelona espero que no importen las costumbres que parece que tienen sus compañeros de la Catalunya central, la violencia siempre debe ser condenada.