6 març 2012

Protegiendo la aldea (I)

Author: abraham | Filed under: Relato

Era una tarde calurosa de finales de otoño cuando Sakura vio delante de ella un grupo de asaltantes que parecían haber rodeado unos pocos campesinos y, con largos cuchillos en sus manos, se preparaban para lanzarse encima de ellos. Lanzando un poderoso grito, se abalanzó hacia ellos mientras desenfundaba su preciado nodachi. Desconcertados los asaltantes, algunos se giraron para hacer frente a esta amenaza y al verla llegar sus corazones se llenaron de miedo. Ninguno de ellos respondió a sus desafíos y se prepararon para atacarla todos a la vez. El primero que se cruzó en su camino fue cortado por la mitad por un golpe potente, mientras que el segundo perdió el brazo y quedó desangrándose en el suelo. Los demás lanzaron rápidos golpes dirigidos a su espalda y a sus brazos, y aunque uno de ellos llegó a rasgarle la ropa, ninguno alcanzó a tocar su piel tostada.

Los campesinos aprovecharon la furiosa embestida de la ronin para poner pies en polvorosa y dirigirse lo más rápido hacia su aldea para informar a sus vecinos de lo sucedido y poder refugiarse en su humilde hogar. Uno de sus atacantes tuvo la osadía de seguirlos mientras los demás quedaron petrificados ante la ola de destrucción que se les venía encima.

Sakura siguió troceando enemigos fácilmente hasta que los pocos que aún quedaban en pie empezaron a alejarse de ella. Levantó la cabeza para ver como se encontraban los pobres campesinos y vio como un joven estaba plantando cara al último truhán que quedaba. Había decidido dar el tiempo necesario a sus compañeros para que llegaran a sus tierras antes de que ese asaltante los alcanzara. Salvando la distancia que la separaba de ambos adversarios con un gran salto, se interpuso entre los dos hombres. El rufián perdió el equilibrio y se fue de bruces al suelo, de donde ya no se volvió a levantar jamás al perder la cabeza de un preciso golpe de la muchacha.

– Muchas gracias por vuestra ayuda – dijo el campesino mientras se arrodillaba ante la joven que acababa de salvarle la vida.

Sakura sonrió al ver su gesto mientras limpiaba la sangre de la hoja de su arma en el cuerpo que descansaba a sus pies.

– Levántate. La deuda estará pagada mientras puedas proporcionarme algo de comer y un lugar donde dormir esta noche.

– Seguidme entonces. En mi casa seréis bien acogida.

Y una vez en pie inició la marcha de regreso a su aldea. La ronin lo siguió y mientras andaban le preguntó sobre el ataque. El joven campesino le explicó que los ataques habían aumentado en los últimos tiempos y que la aldea sufría el acoso de un numeroso grupo de bandidos que vivían en las montañas cercanas a la aldea que se alzaban en el norte. También le informó de la llegada de un par de samurais el día anterior, y de que habían aceptado proteger el pueblo de un posible ataque, pues se acercaba el día en el que los aldeanos deberían realizar el pago impuesto por los bandidos para su seguridad. Los aldeanos habían logrado retrasar el pago el máximo de tiempo posible, pero los bandidos lo deseaban antes del invierno para así poder mantenerse resguardados y bien preparados, mientras el frío y el hambre matarían a las gentes de la aldea.

Tags:

Leave a Reply