La oportunidad perdida de Lesseps

lessepsHace un par de días tuvimos a Jordi Hereu, alcalde de la ciudad, inaugurando la nueva plaza Lesseps. Fue recibido entre abucheos, pitidos, pancartas en contra y algún que otro aplauso. Con la jornada festiva de este domingo se ponía fin a muchos años de proyectos y obras y una desilusión bastante generalizada.

La nueva plaza no ha gustado, quizá el mismo Hereu y al arquitecto que realizó el proyecto de la plaza son los únicos realmente convencidos. Antes la plaza era del color del asfalto, ahora del cemento. En Gràcia hay un déficit de zonas verdes, y por eso había la ilusión de que se hiciera un pequeño parque al estilo del de Sant Martí, por poner un ejemplo.

En lugar de eso el ayuntamiento ha optado por una plaza de diseño, con algo de verde eso sí, pero donde lo que  destaca realmente son las grandes piezas de hierro que se han instalado y que también tapan algo que sí gustó a todos los vecinos, como es la biblioteca Jaume Fuster. El cubo de hierro enorme justo delante es todo un homenaje al mal gusto, por lo menos podían ponerle un techo y por asi daría sombra, y si se montan placas fotovoltaicas hasta sería medio útil. No todo es malo, y hay que reconocer que la plaza ha mejorado y que ahora es más fácil y más seguro cruzar de una parte a otra de la plaza a pie y un mejor reordenamiento del tráfico, pero sólo eso no compensa todas las molestias y promesas de los últimos años.

En resumen, la reforma de Lesseps encaja en la línea que sigue el ayuntamiento en temas de urbanismo. Grandes reformas anunciadas a bombo y platillo y con un coste monetario impresionante que no gustan a nadie y al final tienen que volverse a hacer. Tenemos el ejemplo de la plaza de les Glòries, no gustó a nadie y ahora por fin van a hacer una gran plaza (y con mucho verde). Otro ejemplo es la semicobertura de la Gran Vía, que no deja de ser una solución temporal para su total cubrimiento, pese a que digan que no se puede. Ahí está la M30 en Madrid de ejemplo.



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