24 gen. 2012

Buscando el peligro (II)

Author: abraham | Filed under: Relato

– Ahora ya puedes mostrarte. Dime que es lo que desea tu amo.
Una sombra se deslizó de la pared y enfrente de Ishikawa Matsu se materializó una figura postrada en señal de respeto. Su piel era cenicienta, cubierta por una larga capa de viaje cuya capucha sólo permitía observar unos ojos malévolos que se fijaron en la majestuosa figura que tenia delante de él.
– Mis saludos y los de mi maestro, Ishikawa-sama.
– Me he dado cuenta de tu presencia desde que llegaste. He permitido que te quedaras porque supongo que será cierto que lo que ha sucedido debe ser realmente importante y peligroso.
– Así es. El objetivo de mi visita no era otro que averiguar que es lo que vosotros conocíais. Y por lo visto sólo tenéis suposiciones y poco más.
– Debo entender entonces que tu maestro sabe más que nosotros –respondió con tono duro pero sin mostrar la menor irritación por la presencia del emisario de los Kimura.
– Tenemos algunos informes acerca de lo sucedido, pero no podemos involucrarnos.
– Entonces os parece bien que haya decidido enviar una patrulla, ¿no?
– Así es. Os lo hubiera sugerido, pero debo admitir que vuestra sabiduría hace honor a vuestro rango. Incluso la elección de los miembros seguro que será la acertada. Vuestro hatamoto es el mejor líder para la expedición, y ese joven mago que le acompañará contiene un gran potencial en su interior, mi maestro me advirtió de sus cualidades, pero no creo que ahora suponga una amenaza, aún le falta endurecerse, y alejarse de las fiestas palaciegas le será de una gran ayuda. Quién sabe si algún día le convenza para que nos acompañe en nuestra causa.
– Intentadlo, pero su fidelidad a la Escuela está más que garantizada. Y, como bien habéis dicho, le gusta demasiado la vida cortesana.
– Ya veremos. En cuanto a vuestros otros problemas, sabéis que podéis contar con nuestra ayuda. Lo solucionaríamos de forma rápida y eficaz, sin grandes derramamientos de sangre.
– Lo sé, pero no me gusta deberos favores.
– La información de vuestra patrulla a cambio del fin de la revuelta de los Kaneda, ¿no os parece justo?
– Esperaré a que regrese el emisario enviado a dialogar – dijo recalcando cada una de las sílabas de la última palabra.
– Como deseéis – y después de esto se fundió de nuevo con las sombras de la habitación.
Ishikawa se levantó y abandonó la gran sala.

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