6 febr. 2012

Buscando el peligro (XII)

Author: abraham | Filed under: Relato

La indignación de Ishikawa Matsu era suprema. Un fiel sirviente se había burlado de él en una de sus clases y había secuestrado a una alumna muy especial, a la que iba a adoptar. Tampoco había recibido ninguna noticia de los rebeldes Kaneda ni del hombre que había enviado. Y por si eso fuera poco, no podía contar con el apoyo y consejo de Yamamoto Ichirō, a quien había enviado lejos a cumplir una misión, una misión que podría ser terriblemente peligrosa. Por una vez esperó que Ishikawa Sei no hubiera entendido bien el mensaje de los kami del aire, pero eso no era factible, conocía suficientemente bien al joven para saber que su comprensión estaba muy por encima de la media y que su dedicación le impedía dejar dudas sin resolver o errores sin corregir. No, los espíritus habían hablado y Sei los había escuchado con claridad: un nuevo mal se avecinaba y ellos debían enfrentarse con él, como siempre habían hecho.
Escuchó unos pasos a la carrera, como se detenían frente a su puerta, un aliento contenido y el suave golpeteo en la madera.
– Adelante – ordenó.
Un acólito abrió la puerta y se postró ante él.
– ¿Que os trae hasta aquí?
– Mi señor, se ha encontrado el cuerpo de Kawasaki Takayuki.
– Contadme todo lo que sepáis.
– Lo han traído unos campesinos en su carreta. Provenían de una de las aldeas del camino del norte. Ha sido degollado.
– En el norte de la provincia se encuentran las tierras de los Kaneda – reflexionó Matsu -. ¿Han sido ellos quienes lo mataron?
– Se podría decir que sí, mi señor – el acolito no sabía cómo continuar dando la noticia.
– ¡Explícate!
– Según los campesinos, Kawasaki Takayuki y varios hombres, que bien podrían ser bandidos, asaltaron la aldea en busca de provisiones. Los Kaneda llegaron a tiempo para proteger a los aldeanos y… y ahora la controlan, mi señor Matsu.
– ¡Maldita sea! – exclamó iracundo el señor de los Ishikawa -. ¿Qué hacia Kawasaki ahí? ¿Y los Kaneda? – las preguntas se acumulaban en su mente -. ¿Sabéis si han señalado el nombre de Kaneda Takeshi?
El acólito, temeroso de la ira de su señor apenas levantó la cabeza para responder.
– El señor Takeshi dirigió a sus hombres y se encargó personalmente de Takayuki. Toda la aldea lo aclamó como su salvador.
Ahora su enemigo era un héroe, el hombre que se había llevado a su futura hija había muerto a sus manos y quizás nadie conocía el paradero de la niña. ¿Por qué no había enviado directamente a sus mejores hombres a combatir la amenaza cuando apenas se había propagado el rumor de una revuelta? ¿Dónde se encontraba Ichirō cuando más se le necesitaba?

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