Avui, passejant per la imprescindible font d'inspiració que és Ca n'Escolar m'he topat amb un comentari de l'usuari Jota que no he pogut trobar més que encertat. En poques línies resumeix allò que a mi m'hauria ocupat cinquanta pàgines i no hauria explicat ni la meitat. Hi coincideixo totalment i crec que paga la pena compartir-lo i dedicar-li aquest apunt.

Creo que su modelo de la derecha explica también dos cuestiones que observo en nuestra amada caverna.

1/ La primera es la obsesión por los medios de comunicación.
 – Se acusa al adversario (convertido en enemigo) de dominar a los medios de comunicación: obsesión con Prisa, Polanco, la SER, El País, la Sexta,…
 – se pretende dominar a otros: Antena3, Tele5, Telemadrid, Canal9,…
 – Se utiliza a los medios afines como un jugador más en la (para ellos) guerra política; jugador con el que se coordinan operaciones (véase el sainete del ácido bórico)
 – Se entroniza e idolatra a los "periodistas" afines: Losantos, Pedro J,…
 – Se espera el desembarco de Murdoch (como antes el de Berlusconi), como la victoria definitiva.

Para mí toda esta obsesión con los medios surge de la visión que tiene la derecha de las elecciones. Para la derecha, sus verdades están por encima de la voluntad popular; no son resultado de decisiones populares, plasmadas en elecciones, sino que son absolutas, teológicas, indiscutibles,… de ahí que las elecciones sean un mal necesario, algo por lo que hay que pasar, pero no expresión de la todopoderosa voluntad popular. En las elecciones el pueblo sólo tiene dos opciones: refrendar esas verdades, o equivocarse. Los resultados electorales no expresan la voluntad popular, sino el ingenio de sus manipuladores. El pueblo es como un niño, al que hay que mimar y manipular.

En estos tiempos que corren, donde hay que mantener la apariencia de democracia, la derecha "mima" al pueblo. En otros tiempos, no tan lejanos, directamente se le "mandaba".
En la visión de la derecha, son las élites políticas y sus aparatos mediáticos los que combaten en ser las mejores manipuladoras, para captar el voto. Pero éste nunca es legítimo, ni libre.

2/ La segunda observación tiene que ver con ETA y el proceso de paz. Cada vez más observo entre votantes y simpatizantes peperos la idea de que ZP está pagando un precio político porque el fin del terrorismo supone el reconocimiento del derecho a defender el secesionismo por medios democráticos. Dicho de otra manera: lo malo de ETA y su entorno no es que maten y amenacen, es que su objetivo es secesionista. Lo malo no es el método, sino el objetivo.

Por eso, no basta con que ETA deje de matar: Batasuna tiene que ceder en su empeño secesionista. Admitir que es legítimo el secesionismo en el sistema democrático es ya una cesión política a ETA. Por ello nunca les convencerá un final negociado del terrorismo, porque el único resultado final que aceptarán es el reconocimiento de la imposibilidad de la independencia de Euskadi por todas las partes.

 

En fi, chapeau per Jota!